viernes, 20 de junio de 2014

Fluencias Altivas…

 








Fluencias Altivas…





Ceguera se obceca ante mi retina rendida
Bajo el lapidario altar de los sacrificios
Tus rasgos de rudimental savia derramada
Me engulle en la profundidad lumínica.
Arrojados los cuerpos vertidos en tu bruñido
Bajo el lapidario exabrupto de ignaros fútiles
Dueños del acero que cercenan las reservas
Apenas sin indocilidad, sin lógica resistencia.
Y es que la conciencia se pierde, se degrada
Bajo el lapidario oprobio de fuerzas viradas
De los viaductos elegidos, aconteceres raptados
Por la turba sanguinolenta, sitiadora del talud.
No habremos de dejar que tus fluencias altivas
Bajo el lapidario yugo del cenobita indocto
Se apresure a extirpar la acrobacia aquiescente
Del confortador de almas vencidas, bardo orate.
Entraremos con la alevosía otorgada en la verdad
Bajo el lapidario influjo del caníbal hambriento
Y arrullaremos la noche hasta advertirte sonreír
A plenitud manifiesta, quebrando las idiosincrasias.
Breviarios sonarán en la telúrica fuerza ferviente
Bajo el lapidario embrujo de los pétreos tabernáculos
Abatidos en tu nombre, en tu ignominia recelosa
Un hombre nuevo crece entre nosotros, guerreros
Solventes de Palabras en mano, sabedores del orbe
Crisantemos de distinto cuño, libertadores pingües
Sin menosprecio por la humanidad viva, la Persona.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen:FernándezCáceres.

martes, 17 de junio de 2014

El Postigo…







El Postigo


Al paso, una percepción silente
Unos ojos clavados a mi espalda
O un anhelo de que así fuera
Incluso un atisbo de deseo interno
Saberme escogido por tus pupilas.
No hay ventana, ni siquiera cristal
Simplemente el postigo, ese reducto
Apenas unas maderas bien clavadas
Separan tu ajetreo en las sombras
Y mi dicharachero cuerpo escuálido.
He vivido la trepadora sobre sus paredes
Al resguardo del eucaliptus negro
Apropiándose del rescoldo dejado frío
Huérfano por años, en tu periplo mundano
Mientras las preguntas invadían mi sien.
Habrás sido alucinación e ideas macilentas
Acaso no existías sino en mi intelecto baldío
Quizás nunca jugué en danza con tus cabellos
O incluso, el sabor añejo del olvido me invadió
Mas, no, hoy has vuelto, abierto está el postigo.
Sí, tu postigo, donde te asomabas a verle
A sentir cuando el sol desmelenaba la aurora
Su pequeño gorjeo, fiel picoteo sobre la madera
Con su pequeño pecho anaranjado, dichoso
Y al verme, cada mañana decías, es un Petirrojo.
Sonreíasme, sonreíate, nos degustábamos
En una pátina de inocencia y clamor primigenio
Sin decirnos nada, sin tocarnos, no más viéndonos
Ha cuánto tiempo disperso, cuántas lunas disipadas
Mas hoy  sonrío de nuevo, espero sonrías de nuevo
Es primavera, el rojizo de la pétrea roca brilla
Y sí, esa madera vieja, ese tu postigo, está abierto.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

domingo, 15 de junio de 2014

Callejón Del Sol…







Callejón Del Sol…








Salgo tras mis pasos
Ansío la noche, el letargo
Sin nombres ni voces, sin marañas
Crujidos de desperezo o ni siquiera.
Noctívagos seres, felinos cazadores
Reptares de cal y luz
Alados diminutos coreando al fanal
Vestigios de esquinas plantígradas.
Y llego al lugar, aquel lugar
Aquel rincón del sol, donde estuviste
Deteniendo el tiempo en fotogramas
Puro colorido de buganvillas, y palmeras.
Síncope se apodera de mi pecho
Nadando en zigzagueos de tenues sombras
Animado por las dentelladas al recuerdo
Donde rubricas la carcajada batiente.
Ay de pulcritud en la calle, recogimiento
Aderezado por el farol que ilumina tu puerta
Con sendos centinelas rojizos, que guardia montan
Cuan si cancerberos del cielo fueran.
Acaso no me saben ya tu mayor místico
Mi idolatría derrama sus regueros desde mis ojos
Ese obstáculo último, antes de ti
Las tachuelas dibujan perfectas líneas afines.
Ya sé que golpearé, tres veces, tres
Sabrás que soy, que estoy, que vengo, yo, sí
Asiendo tu brazo saldremos al pórtico
Mientras te cuento cuántas veces vine.
Sí, desmenuzaré cada mil y una vez, mi fábula
Sin metáforas, ni divertimentos, apenas voz
Porque el embeleso del rincón del sol
Espera que me duerma para brillar con luz.
Así somos tus amantes, plenitud en flor
Repartimos el tiempo, en trozos de albor
Yo seré tu tierno noctívago adepto
Él torneará tu piel de marrón dorado, al son.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

jueves, 12 de junio de 2014

Oasis de Luz…

 Oasis de Luz…


Frescas sombras
Esquinas húmedas
Cerámica añeja, verdinegra
Excelsa palma de fino porte.
Quizás recuerdos, escritos en mi piel
Acaso un susurro lejano, de voz amable
Un ceniciento cabello ralo
Temblorosa y delicada epidermis siento.
Barruntos, rotundo siseo
Sin discernir el enigma del bardo
Incrustado en mi onírico alivio
Ay del color difuminado de la pátina del tiempo.
Veo tu sombra contoneada
Distrayendo el encalado antiguo
Soltándose de su fiel compañera, eterna muralla
Silbando una canción de surcos oscuros.
Ahí estabas cuan oasis de luz
Fulgente tu mirada, y pulcros tus ajuares
Suspirando por marchar sin mí
Aldaba que golpea en mi alma, cuan ariete mortal.
Ay, de los lamentos salitrosos que rayan
Enardecen aquella reminiscencia
De otrora espacio cómplice entre amantes
Sol y agua, y tus manos, no más, apenas nada.
Giran los labios de tus cariños rojizos
Descuelgan sobre tu porte,
Y se escapan de la estancia, huyen del atrio
Ausente siente tu pálpito, tus dedos suaves.
Esquivo es el ensueño acerbo
Castrado por el intelecto que nos rescata
Conminando un acervo de similitudes en color
Mientras el breviario es delineado por tu pericia.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

miércoles, 4 de junio de 2014

El Soto…

 El Soto…
Abrí mis párpados enquistados
Dejé aparcada la noctívaga oscuridad
Plúmbeas runas alojadas en tu piel
Hiciéronme ver las marcas, preguntarme
Te estás yendo, o mis ojos están atrapados.
Fluencias de brillo sinuoso
Atestiguaban tus singularidades, sí más
Ha de haber más, gritaban en silencio
Tus pústulas manando savia generosa
Cuan sangrado adolorido.
Ello depuso mi quietud perene, mis gravados pies
Un empellón del viento, tu cómplice
Te me apartó, te me desgajó de las faldas
No más, apenas unos espacios sin medida
Una brazada en equilibrio, fuera de tu cobijo.
Equilibrio que quema, releva el inconcuso asilo
Que me otorgaste, mientras fuimos una tez
Cubriendo el mismo sino, visando la misma luz
Y repeles mi presencia, me empujas fuera
Lejos de tu influjo, de tus súplicas y gajes, vete.
Aquí me hallo,  en la distancia, corta o larga
Efímera porque no iré lejano, ya te descubrí
Dilación me otorgo para sentir tu grandeza, soto
Inmenso manantial de vida que me pariste
Cuan fácil ser ciego, si tus párpados te abren.
Ya nada es igual, sé que existes, te conozco soto
Desde las entrañas, sin explicarme cómo
En tu alarde de retiro, rayando horizontes
Generoso tú, soto, por cobijarme y acogerme
Entre las misceláneas de otros, sin menosprecio.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen.FernándezCáceres.

domingo, 1 de junio de 2014

Acervo de raíces…

Acervo de raíces…

De un tajo, no más
Una dentellada a la vida, un sesgo abrupto
Cae, se desploma
Un ruido rotundo, ahogado
Dos golpes más, apagados y continuos
Allí yace el cuerpo
Su desesperación da paso a la descomposición
Al otro lado, a servir de prima materia
Con alevosía y esclavitud atestada
Arrancado de la misma y vivaz savia
Sin afectos, cuan siempre hicieron abusadores.

Sí, no veis sino un acervo de raíces
Mas, no os preguntáis nada…
No os remueve la curiosidad, las entrañas
El nombre del caído, su yerro
Acaso no fuisteis capaces de soñar una solución
O la, mal llamada, costumbre se transmutó a ley
Claudicando en el derecho nacido,
Haber hallado un puñado de tierra donde arraigar
Ni siquiera lo visteis como necesario, ni egoísmo
Nada, un simple paso de los dientes afilados
Y ya, vestigios de una memoria rota,
Amputada en un solo raudo y fugaz, mazazo.
Escribo sobre sus raíces
Aquellas que le amarraron al sitio
A una falaz tierra, rendida al tosco irracional
Sé que no me devolverá su candor, ni su protección
La deuda es impagable, inasumible
Mas mi pecho late, siente, se descabalga
Y mientras ello ocurra, mientras respire
Soñaré con sus hojas al viento, balanceándose
Describiendo parábolas en danza
Reviviendo la carantoña dada en oscuros soplos.
Me dirán romántico, de testa serrada
Quizás cuando caigan sus árboles, sabrán
Y tristemente escribirán a sus raíces
Para que no perezcan en el olvido, entre tanto
Sus cepas alimentarán las nuevas savias.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen:FernándezCáceres.