miércoles, 4 de junio de 2014

El Soto…

 El Soto…
Abrí mis párpados enquistados
Dejé aparcada la noctívaga oscuridad
Plúmbeas runas alojadas en tu piel
Hiciéronme ver las marcas, preguntarme
Te estás yendo, o mis ojos están atrapados.
Fluencias de brillo sinuoso
Atestiguaban tus singularidades, sí más
Ha de haber más, gritaban en silencio
Tus pústulas manando savia generosa
Cuan sangrado adolorido.
Ello depuso mi quietud perene, mis gravados pies
Un empellón del viento, tu cómplice
Te me apartó, te me desgajó de las faldas
No más, apenas unos espacios sin medida
Una brazada en equilibrio, fuera de tu cobijo.
Equilibrio que quema, releva el inconcuso asilo
Que me otorgaste, mientras fuimos una tez
Cubriendo el mismo sino, visando la misma luz
Y repeles mi presencia, me empujas fuera
Lejos de tu influjo, de tus súplicas y gajes, vete.
Aquí me hallo,  en la distancia, corta o larga
Efímera porque no iré lejano, ya te descubrí
Dilación me otorgo para sentir tu grandeza, soto
Inmenso manantial de vida que me pariste
Cuan fácil ser ciego, si tus párpados te abren.
Ya nada es igual, sé que existes, te conozco soto
Desde las entrañas, sin explicarme cómo
En tu alarde de retiro, rayando horizontes
Generoso tú, soto, por cobijarme y acogerme
Entre las misceláneas de otros, sin menosprecio.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen.FernándezCáceres.

1 comentario:

  1. Precioso tu poema, y bellísimos los Lienzos de José Manuel Fernández Cáceres, van increíble con tus maravillosas letras querido poeta.

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