lunes, 27 de octubre de 2014

Una Noche De Otoño…(Inauguración De Lienzos Versados)

Una Noche De Otoño…

Quiebra el silencio, una guitarra
La muchedumbre se torna silencio
Suenan, las voces del bardo
La piel se enhiesta, se cubre ligera
Sin aspavientos, ahí os quedo

Muesca indeleble de aquello acontecido…

No perdeos en los enlaces, la Inauguración de la Exposición Lienzos Versados, de FernándezCáceres& Santiago Pablo Romero. Abierta desde 17oct al 17 nov. 18.00-20.00.
Nuestro más sincero agradecimiento a MULTIVISIÓN TRIGUEROS. Por hacernos de lanzadera para poder mostrar nuestra obra conjunta a cada uno de vosotr@s desde su Directo en la mayor parte de las casas de Trigueros, como vía internet desde aquí… http://youtu.be/RjXlh9kkucw


GRACIAS.

jueves, 16 de octubre de 2014

A tu Puerta Llegó…

A tu Puerta Llegó…

Un silbido lacerante y monótono
Abría cada mañana tu testigo silente
Donde mismo el sol dibujaba variaciones
Rincón privilegiado, donde yacías
Cuando el albor brillante hacía de aldaba.
Tú de correr raudo descerrajabas el portón
Vertías tu mirada a la calle
Buscando un sendero sinuoso, habitado
Vestido con el paso del centinela
Aquel perdido bardo de estancias cortas.
Él dibujaba en su sien extraviada
Cada sinusoidal descrita por tus rojos terciopelos
Arropados por el verdor fulgente de su foresta
Trepando el pretil sin dejar vitral sin ceguera
Endiosando vuestro encuentro, danzando lejos.
Retumbaron los cañones del bergantín
Rompiendo la mansedumbre en la bahía
Atemorizando a ignaros de mal augurios
Irisando cada pátina de tez oscura, o níveo carmesí
Horadando peripecias preñadas de soliloquios.
Distinto es el plenilunio de este mes, otoñal esquirla
Orates que cubren ribetes acompasados en aullidos
Unas manos caídas, unos apéndices tendidos
Ya ves una silueta, ya rompe el ambiente su aroma
Tus retinas se deshilachan, se desviven en sal.
Hoy, a tu puerta llegó, una carta rodada en romero
Símil de pergaminos entre odaliscas, carcomida
Mas no hay cartero, no hay chico con gorra de plato
No, hoy tu pecho se acelera, se distrae del ayer
Es ella que rueda hacia ti, agua cristalina de la mañana
Melodía con sabor a canela y limón, sin sucedáneos
Aquí te fundes, te embebes en sus ropas raídas
Sientes que es el día, la espera premiada, la vuelta.

©Santiago Pablo Romero. Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Remanso…




Remanso…






Idilios vivos en corvas y fauces
Paseantes sin rumbo
Oscuras reminiscencias de luces opacas
Verde tu atuendo joven
Dorados del maduro atardecer
Viandas buscas, y te agrego a mi boca
Fuente sin reticencias de un mundo evadido.
Lastres en las manos viejas
De un hombre que quiebra el silencio
Con el sigiloso paso
A veces en remanso de río detenido
Otras en riachuelos de pétreas asperezas
Mas qué importa si soñar, sueño contigo
Y bajo mi piel sigues transitando mi festejo.
Cúbrome de que adules al sol de la tarde
Siéntome pertrechado con andamiajes excelsos
Discúlpome ante tus ojos por no ser más regio
Póstrome en el habitáculo de tu alter ego
Válgome de las huellas en mi alma
Descúbrome asido a tu grupa de tiempo y miel
Redescúbrote amando con ojos encandilados, mi efigie.
Ya sé que me sientes, al hundir mi pequeño envite
Mientras la aurora redibuja candiles silentes
Abajo en nuestro remanso, sí remanso escogido
Donde yacer sin miedo, a la espera de la hora
Tiempo que titila cuan vestal risueña y alegórica
De cuentas alisadas al sosiego de tu cuello palpitando
Enfebrecido pose de unos labios de dulce agua desleída.
Quiero ser la pátina que dibuja tu lecho
Escogiendo las minucias de brillante resplandor
Acicalando el cubierto atardecer de hojarasca olvidada
Oscilación infinita de aleros tibios u hoscos roces
Y eso sí, nada que nos haga decir el mar está lejos.

©Santiago Pablo Romero. Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Atomizado Tiempo…







Atomizado Tiempo…









Ni son paralelas
Ni perpendiculares al cartabón
Ni siquiera el azul al cielo afanado
Ni el olor a tierra pisada de tus dorados
Ni el abollado torso de cobriza sustancia.
Ni su luz esquiva derramada sobre el muro
Ni tú que estás, sin vérsete bajo la patina
Ni yo que llego, sin detenerme en tu puerta
Ni los enhiestos estolones que auguran futuro
Ni mis sienes aferradas de tus esquinas roídas.
Ni siquiera sé si desvarío o me atormento
Ni quiero, ni deseo hallar otra cosa, otra tú.
No, nada de eso quebró mi sosiego, no.
Es el verde esmeralda que congelado se vuelca
Es la línea que recorta tu estela moldeada
Es el rojizo carmesí que rizas para embaucarme
Es aquella sensación de saberte tras ellos
Es imaginación que me quema y me atrapa.
Es un simple macetón lleno de vida, sin época
Es atomizado tiempo que desliza sus lágrimas
Es una sal escondida tras un hombre que rima
Es vida desabrida cuando te busco y no te hallo
Es fulgente amanecer al saborear tu silente dormitar.
Es pequeña minucia de ardor en plenitud viva
Es huella de tu paso por mi piel al anochecer.
Sí, todo eso y más delineas en tus sinusoides, Sí.

©Santiago Pablo Romero. Bluesman.

Imagen:FernándezCáceres.

lunes, 11 de agosto de 2014

Entre Piedras…

Entre Piedras…

Arrancadas en la entraña misma de una madre
Desgajadas a golpe de cincel, aire o cielo
Así fuisteis halladas, convenidas por sus manos
Juntadas por las ansias de orden impertérrito
Elevando muros perfectos, rudos, altivos, fatales
Barrera llena de artificios que coronan a unos
Aparta a otros, delimita el sitio mutuo, la unión.
El tiempo hizo aparecer grietas, palabras sutiles
Verdades escogidas que crecen cuan hierba hendidas
Mustiando la fiereza de la pétrea efigie, aligerando
Ardores inverosímiles que ruedan sin aspavientos
Para mostrarnos la grandeza de asumir la complicidad
De soñar libres sin barreras naturales, menos artificiosas.
Hombres y mujeres, que alimentan al alba, esa hierba
Esos bravíos helechos que una vez supimos sembrar
A cuatro manos, sin remordimientos, asiendo las risas
Crespones azabaches blandieron las espesas atalayas
Mas fue otro tiempo, unas nieves acompañan su adiós
Hoy el rojizo atardecer estriba en unirnos muy juntos.
Sí, quedan restos, sí. Y acaso el olvido no es bella alma
Que atore las cizalladas venas que fluyen rotundas
No, no olvidaremos la historia, para no pecar ahí mismo
Aderecemos el verdor de quien crece, con raigón cierto
Seamos simiente de un anhelado futuro esplendente
Siseando como las inocentes ninfas al paso del león
Para ser perceptivo a la sencilla melodía del duduk
El rugido escogido sonará en las sienes por siempre
Cuan el sibilino acorde que mesa los cabellos de la cima.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen:FernándezCáceres.

domingo, 3 de agosto de 2014

Sencillo es…Decir.

Sencillo es…Decir.


Hoy, he detenido mis pies
A tus orillas
No es, ayer, ni siquiera será, mañana
En el borde de tu magnanimidad
Océano de color intenso
Descolgado por entre las esquivas miradas.
Acaso hube de ser raudo
Incluso corceles de yeguas alazanes, nos perdían
O quizás la jovial inocencia, palpita fuerte
Y mi sal, se descuelga por el rostro
A tu encuentro, sal inmensa
Ambigüedad olvidada, diligente luna de llanto granate.
Tú, quimérico del ulterior devenir
Aplaudes unas hendiduras en el viento
Transmuto mi alma, en hervor
Mi espíritu bardo, se escondía tras los jazmines
Y el laurel seguía creciendo, sin sombras
Allá, silente, esperando mis pasos.
Escogiste leer, optaste por delinearme
Designaste el espacio corto
La cintura bregada, la usanza encinta de sutileza
Aligerando las alas del águila
Exhortando una pequeña llama, tenue regocijo paciente
Nutrido por apenas tiempo inmemorial, jubiloso.
Sencillo es decir, sencillo deshilar aquello lindo
Tejido con manos diestras
Al atardecer de este otoño que pasa acariciándonos
Mostrando la oportunidad prendida del aire
Y por qué no, por qué no subir a ese tren
Y recorrer las atalayas del céfiro ausente
Y carcomer las maderas de unos fieles sin pesas
Y alisar los marmóreos oropeles de los insignes
Y apabullar con la miscelánea del bajo, al alto
Cuan sencillo parece, mas cuan sencillo es
No más, sino dejar la elegante parsimonia impedida
Mientras las casuchas se iluminan, sean altares
Pues ahora, es sencillo, todo fluye…pero el río
El río y sus meandros, siempre estuvieron…

©Santiago Pablo Romero:Bluesman.
Imagen: FernándezCáceres.



jueves, 3 de julio de 2014

El Sol Me Viste…

El Sol Me Viste…






Precios de  plata en monedas, suenan
Curtidos los cuerpos cimbrean la llanura
Apenas sin mirar al horizonte, si quiera
Ni un ápice de repaso allegado sientes
Y tus pupilas criban sus rayos, fúlgidos.
Inicio la fantasmagórica rueda del equino
Zanahoria ante tus retinas dibujan rojizas
Las galas de una ruin colectividad al amparo
Verdes crestas de tallos y hojas frondosas
Acicalan el cuerpo erguido de tus faustos.
Un trozo de algodón, suave, fungoso, plúmbeo
Una tarde aclimatada, rauda en dormitar
Acaso unos ramajes de precavidos caminantes
Incluso una aceitosa pátina de ungüento avaro
Y tu multiplicidad yace bajo las aguas, no vistes.
Apareces, juegas, dilapidas las carnes débiles
Desgastas la cremada iónica en tormentas sutiles
Acribillas inventos de sarcásticas sornas ingenuas
Ilusionas a los hombres y delineas su espesura
Tienes el don, vestirme de acrescente luminosidad
O turbar mi ánimo hasta mendigar un adiós
Sin dolor, sin aspavientos, un liberador recuerdo
Que dentellee, mi sepia imagen, entre saetas perdidas.

Sol, inmenso tú, que declinas responder a mi llamado
Deja quieta tu antesala del parnaso, no me turbes
Visto débil existir en mi porte, sin tu magnanimidad
Zahiéreme con la sequedad, si hurgué hasta dañarte
Mas no retoces con las corolas de mi rojizo prexistir.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

viernes, 20 de junio de 2014

Fluencias Altivas…

 








Fluencias Altivas…





Ceguera se obceca ante mi retina rendida
Bajo el lapidario altar de los sacrificios
Tus rasgos de rudimental savia derramada
Me engulle en la profundidad lumínica.
Arrojados los cuerpos vertidos en tu bruñido
Bajo el lapidario exabrupto de ignaros fútiles
Dueños del acero que cercenan las reservas
Apenas sin indocilidad, sin lógica resistencia.
Y es que la conciencia se pierde, se degrada
Bajo el lapidario oprobio de fuerzas viradas
De los viaductos elegidos, aconteceres raptados
Por la turba sanguinolenta, sitiadora del talud.
No habremos de dejar que tus fluencias altivas
Bajo el lapidario yugo del cenobita indocto
Se apresure a extirpar la acrobacia aquiescente
Del confortador de almas vencidas, bardo orate.
Entraremos con la alevosía otorgada en la verdad
Bajo el lapidario influjo del caníbal hambriento
Y arrullaremos la noche hasta advertirte sonreír
A plenitud manifiesta, quebrando las idiosincrasias.
Breviarios sonarán en la telúrica fuerza ferviente
Bajo el lapidario embrujo de los pétreos tabernáculos
Abatidos en tu nombre, en tu ignominia recelosa
Un hombre nuevo crece entre nosotros, guerreros
Solventes de Palabras en mano, sabedores del orbe
Crisantemos de distinto cuño, libertadores pingües
Sin menosprecio por la humanidad viva, la Persona.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen:FernándezCáceres.

martes, 17 de junio de 2014

El Postigo…







El Postigo


Al paso, una percepción silente
Unos ojos clavados a mi espalda
O un anhelo de que así fuera
Incluso un atisbo de deseo interno
Saberme escogido por tus pupilas.
No hay ventana, ni siquiera cristal
Simplemente el postigo, ese reducto
Apenas unas maderas bien clavadas
Separan tu ajetreo en las sombras
Y mi dicharachero cuerpo escuálido.
He vivido la trepadora sobre sus paredes
Al resguardo del eucaliptus negro
Apropiándose del rescoldo dejado frío
Huérfano por años, en tu periplo mundano
Mientras las preguntas invadían mi sien.
Habrás sido alucinación e ideas macilentas
Acaso no existías sino en mi intelecto baldío
Quizás nunca jugué en danza con tus cabellos
O incluso, el sabor añejo del olvido me invadió
Mas, no, hoy has vuelto, abierto está el postigo.
Sí, tu postigo, donde te asomabas a verle
A sentir cuando el sol desmelenaba la aurora
Su pequeño gorjeo, fiel picoteo sobre la madera
Con su pequeño pecho anaranjado, dichoso
Y al verme, cada mañana decías, es un Petirrojo.
Sonreíasme, sonreíate, nos degustábamos
En una pátina de inocencia y clamor primigenio
Sin decirnos nada, sin tocarnos, no más viéndonos
Ha cuánto tiempo disperso, cuántas lunas disipadas
Mas hoy  sonrío de nuevo, espero sonrías de nuevo
Es primavera, el rojizo de la pétrea roca brilla
Y sí, esa madera vieja, ese tu postigo, está abierto.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

domingo, 15 de junio de 2014

Callejón Del Sol…







Callejón Del Sol…








Salgo tras mis pasos
Ansío la noche, el letargo
Sin nombres ni voces, sin marañas
Crujidos de desperezo o ni siquiera.
Noctívagos seres, felinos cazadores
Reptares de cal y luz
Alados diminutos coreando al fanal
Vestigios de esquinas plantígradas.
Y llego al lugar, aquel lugar
Aquel rincón del sol, donde estuviste
Deteniendo el tiempo en fotogramas
Puro colorido de buganvillas, y palmeras.
Síncope se apodera de mi pecho
Nadando en zigzagueos de tenues sombras
Animado por las dentelladas al recuerdo
Donde rubricas la carcajada batiente.
Ay de pulcritud en la calle, recogimiento
Aderezado por el farol que ilumina tu puerta
Con sendos centinelas rojizos, que guardia montan
Cuan si cancerberos del cielo fueran.
Acaso no me saben ya tu mayor místico
Mi idolatría derrama sus regueros desde mis ojos
Ese obstáculo último, antes de ti
Las tachuelas dibujan perfectas líneas afines.
Ya sé que golpearé, tres veces, tres
Sabrás que soy, que estoy, que vengo, yo, sí
Asiendo tu brazo saldremos al pórtico
Mientras te cuento cuántas veces vine.
Sí, desmenuzaré cada mil y una vez, mi fábula
Sin metáforas, ni divertimentos, apenas voz
Porque el embeleso del rincón del sol
Espera que me duerma para brillar con luz.
Así somos tus amantes, plenitud en flor
Repartimos el tiempo, en trozos de albor
Yo seré tu tierno noctívago adepto
Él torneará tu piel de marrón dorado, al son.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

jueves, 12 de junio de 2014

Oasis de Luz…

 Oasis de Luz…


Frescas sombras
Esquinas húmedas
Cerámica añeja, verdinegra
Excelsa palma de fino porte.
Quizás recuerdos, escritos en mi piel
Acaso un susurro lejano, de voz amable
Un ceniciento cabello ralo
Temblorosa y delicada epidermis siento.
Barruntos, rotundo siseo
Sin discernir el enigma del bardo
Incrustado en mi onírico alivio
Ay del color difuminado de la pátina del tiempo.
Veo tu sombra contoneada
Distrayendo el encalado antiguo
Soltándose de su fiel compañera, eterna muralla
Silbando una canción de surcos oscuros.
Ahí estabas cuan oasis de luz
Fulgente tu mirada, y pulcros tus ajuares
Suspirando por marchar sin mí
Aldaba que golpea en mi alma, cuan ariete mortal.
Ay, de los lamentos salitrosos que rayan
Enardecen aquella reminiscencia
De otrora espacio cómplice entre amantes
Sol y agua, y tus manos, no más, apenas nada.
Giran los labios de tus cariños rojizos
Descuelgan sobre tu porte,
Y se escapan de la estancia, huyen del atrio
Ausente siente tu pálpito, tus dedos suaves.
Esquivo es el ensueño acerbo
Castrado por el intelecto que nos rescata
Conminando un acervo de similitudes en color
Mientras el breviario es delineado por tu pericia.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.