Abstracción…

Abstracción…

Absorto brindo mi piel

Bajo el paso de tu cerda húmeda

Sin buscar escapar, ni conjeturar

Tan solo sentir tu acuarela

Risueña, febril, corcoveada

Azul añil, amarillos, verdes, cromáticas siluetas

Cazando luz, hilvanando sombras

Codeando realidad o ficción, locura mordaz

Incontinentes ímpetus

O trazos sin espesura, sin compostura, sin escape

Nada sin lanzas, ninguna medida, solos tú y yo.

Nautilus bajo el caparazón de una crisálida

Otero en un bastión sin guerras

Ícaros sumidos en vuelos sin fricción

Concatenados a mil miradas

Cuerpos sin forma, formas sin cuerpo

Apotemas altivas que dirimen un horizonte lejano

Rosas sin púas, dócilmente rendidas a la pituitaria

Torcidos son los renglones escritos en libertad

Sin socavones, sin madrigueras, sin lobeznos

Betún sobre unos zapatos viejos, cómodos sí

Acontece mil preguntas, acaso limpiabas la paleta.

Abstracción, no quiero creer, no quiere ver

Mejor te dejo aullar cual una cría de avión

Mientras en mi pico te llevo el alimento,

Nuestra conjunción, sin abstraernos, siendo…

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres’15.

Siameses…

Siameses…

Soledades llora el diminuto duende

Inmaculado en su bosque multicolor

Añorando una voz, juegos, el abrazo

Mentando y viviendo el trinar sonoro

Entendiendo la fortuna, o el infortunio

Sesgado por la inexactitud cómplice

Extiende el aguerrido grito al orbe

Sustenta un deseo en sus brazos apretados.

Suena un palmetazo, un choque de carnes

Estridente lloro de un recién nacido

Sisea una voz conocida, un padre…tu siamés

Extenuante sensación se acompasa inmediata

Manitas de rosada mácula, suave apariencia

Añoranza cumplida, un partícipe de torerías

Inventas espacios, sitios, armas y plumas

Sostiene un inteligible don, se mira en ti.

Siluetas de siameses se dibujan sobre los catres

Islotes se llenan de dobles telas, una imagen

Asomando en el lecho tranquilo, tu idéntico

Morados, rojos, áureos, verdes de pardo bruñido

Estelas que brillan al unísono, se retroalimentan

Saben hallarse, saben encontrarse, saben seguirse

Enormes conjeturas, postulados ya no quedan

Sí, todo se transmuta en cristal al paso del otro.

Siameses, unidos por un fraterno acuse de recibo

Respuesta a mil preguntas de soledad, o destinos

Y si comenzáramos de nuevo, entonces volveríamos

A repetir de principio a fin, siameses hasta el túmulo…

©Santiago Pablo Romero:Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

Penumbra…

Penumbra…

Panegíricos enfrentados

Enfrente, la luz

Nenúfar en un estanque varado

Un estanque mesado en tus pupilas

Maceradas en la oscuridad

Barrunto transeúnte, influencia argéntica

Renuentes a gritar, a expresar

Acongoja la expresión del niño perdido, su inocencia.

Atormenta mis sienes el zarpazo de la bestia

Ruecas de agujas envenenadas, lobos tras hombres

Bisbisea antes de penetrar en la parcela onírica

Mesalina gira el picaporte, no hay puertas

Úsame respingo, tiritando, tensando

Níveo es el rayo, el que voltea, el que agarra

Estrellas no encuentro, el bosque se espesa

Parpadeo, no creo, tú estás, te siento.

Poderosa mano la tuya, extendida, cándida

Elucubro cuan miedos me acribillan

Nada, apenas nada, un resquicio y salvados

Ulula el céfiro en la lejana cordillera

Membretes sin estampar, mil cartas que escribir

Besos como salvoconductos, confiado me duermo

Realidad o ficción, qué importa, están dentro

Atornillando las imágenes entre luces y sombras.

Penumbra, apenas penumbra, y tú

Porque para ser yo, necesito del nosotros

Y la luz, que me dibuje tu rostro bien cincelado.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres

Fronteras…

Fronteras…

Frías estelas de pétrea huella

Recorren los parajes señalados

Orondas son las conjeturas perdidas

Nada escapa al ansiado poder

Túmulos se yerguen, delimitando

Enjambres de hombres, y corderos

Reptando el hambre encoge el alma

Asiendo la tierra a borbotones y sinos

Sendas delimitadas, dominios absurdos.

Suenan los silbidos del viento, rozando

Antes era brisa longeva, rauda, risueña

Respira bajo sus sombras, llamando

Estertores de campos libres, montaraces

Tenue luz que se cuela entre las hojas

Nada escapa a la ruin arma en la avaricia

Ósculos desean escribir en su corteza

Rencores quedan hirviendo sin olvidos

Fe, lloran porque fueron erguidos para separar.

Fintas al gamo que corre, al escuálido

Renuentes a dar, a ser magnánimos

Ofreciendo el sobrante, sin comprender

No es magnificencia dar la fruta corrupta

Teselas de cielo separan bondad y caridad

Es inmenso el orbe, hueco inmenso se presta

Rozando a aquel dominio sin tiempo

Azaroso parece, mas designio se enarbola

Sin aspavientos, sin prisas, sin lamentos.

Fronteras naturales hay, ahí sin buscarlas

Necesitamos, de veras, crear nuevos muros,

Nuevas separaciones… seamos longevos en acercar.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres

Unicidad…

Unicidad…

Un vello garboso sobre la tarde

Nos corta las entretelas al medio

Igual que si mi alma se rompiera

Con la fuerza del vivido atuendo

Iniciático es el derrotero de la hoja

Dada a ser compungido alimento

Antes de perderse en el espacio

Diluido sin existir, sin recuerdos.

Domeñaremos un estilete o mil

A las mil batallas del superviviente

Donde un hombre se nutre apenas

Inconsecuente con su proximidad

Cansado o vivo, dormido o agudo

Islote de sombras en marrón dorado

Nada se vierte al final del camino

Unicidad del rebrote cauto del iris.

Un sol se promete tras la lejanía,

Níscalos tras la frescura sombreada.

Incesante el gorjeo de cucos celados

Cortejando a su plumíferas parejas.

Invadidos por zapatos de metrópoli

Dan gritos sin sentido, sin esperanza.

Anacoretas ya no quedan, huyeron

Dulces fueron los frutos sorbidos allá.

Unicidad escucha como crujen las hojas

Porque tras mi paso, siempre hallarás el eco

Ese que en nuestro devenir batía las palmas.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres