martes, 17 de junio de 2014

El Postigo…







El Postigo


Al paso, una percepción silente
Unos ojos clavados a mi espalda
O un anhelo de que así fuera
Incluso un atisbo de deseo interno
Saberme escogido por tus pupilas.
No hay ventana, ni siquiera cristal
Simplemente el postigo, ese reducto
Apenas unas maderas bien clavadas
Separan tu ajetreo en las sombras
Y mi dicharachero cuerpo escuálido.
He vivido la trepadora sobre sus paredes
Al resguardo del eucaliptus negro
Apropiándose del rescoldo dejado frío
Huérfano por años, en tu periplo mundano
Mientras las preguntas invadían mi sien.
Habrás sido alucinación e ideas macilentas
Acaso no existías sino en mi intelecto baldío
Quizás nunca jugué en danza con tus cabellos
O incluso, el sabor añejo del olvido me invadió
Mas, no, hoy has vuelto, abierto está el postigo.
Sí, tu postigo, donde te asomabas a verle
A sentir cuando el sol desmelenaba la aurora
Su pequeño gorjeo, fiel picoteo sobre la madera
Con su pequeño pecho anaranjado, dichoso
Y al verme, cada mañana decías, es un Petirrojo.
Sonreíasme, sonreíate, nos degustábamos
En una pátina de inocencia y clamor primigenio
Sin decirnos nada, sin tocarnos, no más viéndonos
Ha cuánto tiempo disperso, cuántas lunas disipadas
Mas hoy  sonrío de nuevo, espero sonrías de nuevo
Es primavera, el rojizo de la pétrea roca brilla
Y sí, esa madera vieja, ese tu postigo, está abierto.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

Imagen: FernándezCáceres.

1 comentario:

  1. Precioso, la belleza de tus letras y la belleza de ese cuadro, precioso, gracias por compartir, un abrazo.

    ResponderEliminar